Total que regresando del supermercado (no pienso contar lo que fuímos a comprar) nos hemos encontrado una virgen.
Lo juro.
He aquí la muestra.
Por unos momentos he vuelto a sentirme como cuando iba al cole de monjas y cada mes de mayo nos hacían pasear, clase por clase, en la entrada por la mañana y después por la tarde, a la virgen, y además, para colmo, teníamos que ir cantándole canciones.
Creo que ahora comprendo porque estoy como estoy de la cabeza.
La culpa es de las monjas.
Lo sabía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario